La Unión Europea destinará 145.000 millones de euros para impulsar la industria de los semiconductores
Europa da otro paso más en el largo recorrido hacia la no dependencia de Asia y EE.UU. en materia de tecnología. Por eso, se han puesto en marcha multitud de proyectos de los que ya he comentado en este blog. Pero esta vez el esfuerzo ha ido destinado a un sector especialmente crítico y el que en Europa hay una clara desventaja: los semiconductores.
Por eso, 18 países miembros de la Unión Europea, han emitido un comunicado anunciando que planean emplear parte de los fondos europeos de recuperación para la pandemia del SARS-CoV-2 en impulsar esta industria de los semiconductores en el Viejo Continente. Un esfuerzo común para reforzar el ecosistema de los microprocesadores que ya se están diseñando, y para no depender de industrias extranjeras como sucede ahora.
Los estados miembros que han firmado el acuerdo son: España, Italia, Alemania, Francia, Bélgica, Croacia, Estonia, Grecia, Malta, Países Bajos, Portugal, Austria, Eslovenia, Eslovaquia, Rumanía, Finlandia, Polonia y Chipre. No obstante, se deja la puerta abierta a más…
Si recordáis la entrevista a Philippe Notton, le pregunté sobre por qué no fabricarlo aquí en Europa. Y fue muy interesante lo que me contestó. Y es que no solo basta con desarrollar los diseños de los dispositivos semiconductores en Europa, también se debería poder producir estos dispositivos en foundries de aquí. Pero, desgraciadamente, en cuestiones de fabricación se necesita mucho esfuerzo e inversión para lograr alcanzar a grandes IDMs como Intel y Samsung, o a la gigante fondry TSMC. ¿Podremos hacerlo con este nuevo paso? Yo espero y deseo que sí…
Recuerda que los primeros productos derivados del proyecto EPI se fabricarán en TSMC (Taiwán).
Declaración
Espero que la situación en desventaja de Europa pueda cambiar pronto. De hecho, Thierry Breton, el comisario de Mercado Interior de la UE, asegura que: “Europa tiene todo lo necesario para diversificar y reducir las dependencias críticas, sin dejar de estar abierta. Por lo tanto, necesitaremos establecer planes ambiciosos, desde el diseño de chips hasta la fabricación avanzada, avanzando hacia nodos de 2nm, con el objetivo de diferenciarnos y liderar nuestras cadenas de valor más importantes. El muy bienvenido esfuerzo conjunto de hoy es un importante paso adelante: allanará el camino hacia el lanzamiento de una alianza industrial. Un enfoque colectivo puede ayudarnos a aprovechar nuestras fortalezas existentes y aprovechar nuevas oportunidades, ya que los chips de procesadores avanzados desempeñan un papel cada vez más importante para la estrategia industrial y la soberanía digital de Europa«.
“Los fabricantes de chips europeos disfrutan de una fuerte presencia global en mercados verticales como los sistemas integrados para la fabricación industrial y de automoción. Europa también tiene una sólida posición tecnológica en las redes móviles, incluidas las tecnologías actuales 5G y 6G emergentes. Sin embargo, la participación de Europa en el mercado mundial de semiconductores de 440.000 millones de euros es de alrededor del 10%, muy por debajo de su posición económica. Europa depende cada vez más de los chips producidos en otras regiones del mundo, especialmente los que se utilizan para comunicaciones electrónicas, procesamiento de datos y tareas informáticas, incluidos los procesadores ”.
“Para garantizar la soberanía tecnológica y la competitividad de Europa, así como nuestra capacidad para abordar los desafíos ambientales y sociales clave y los nuevos mercados masivos emergentes, debemos fortalecer la capacidad de Europa para desarrollar la próxima generación de procesadores y semiconductores. Esto incluye chips y sistemas integrados que ofrecen el mejor rendimiento para aplicaciones específicas en una amplia gama de sectores, así como una fabricación de vanguardia que avanza progresivamente hacia nodos de 2 nm para tecnología de procesador. El uso de la conectividad, donde Europa disfruta de un liderazgo mundial, como un importante impulsor de casos de uso para desarrollar dicha capacidad, permite a Europa establecer el nivel adecuado de ambición. Esto requerirá un esfuerzo colectivo para poner en común la inversión y coordinar acciones, tanto de los actores públicos como privados ”.
“Los signatarios de esta declaración acuerdan trabajar juntos para fortalecer las capacidades de Europa para diseñar y eventualmente fabricar la próxima generación de procesadores confiables de bajo consumo, para aplicaciones en conectividad de alta velocidad, vehículos automatizados, aeroespacial y defensa, salud y agroalimentación. inteligencia artificial, centros de datos, fotónica integrada, supercomputación y computación cuántica, entre otras iniciativas para reforzar toda la cadena de valor de la electrónica y los sistemas integrados. Además, Europa puede consolidar su posición a través de acciones conjuntas e integradas dirigidas a aplicaciones y productos de alto valor añadido, así como con una integración de sistemas sólidos y complejos de la tecnología en su conjunto ”.
La vicepresidenta de Asuntos Económicos y Transformación Digital de España, Nadia Calviño, también ha apuntado en la misma dirección: «Se está trabajando a nivel nacional e internacional para ver qué empresas españolas y europeas pueden fabricarlos«.
Pedro Mier, presidente de la Asociación Multisectorial de Empresas de Tecnología de la Información, Comunicaciones y Electrónica (AMETIC) también ha explicado que se están produciendo reuniones para poner en marcha un PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica) para la producción.
“Esta Declaración tiene como objetivo crear sinergias entre las iniciativas nacionales de investigación e inversión y garantizar un enfoque europeo coherente de suficiente escala. Se basa en los esfuerzos colectivos y los ampliará, incluidas las futuras empresas comunes KDT y EuroHPC, la Iniciativa europea de procesadores y el actual IPCEI sobre microelectrónica. Esto requerirá inversiones del presupuesto de la UE, los presupuestos nacionales (incluso, si es posible, a través de los planes nacionales de recuperación y resiliencia) y el sector privado. La microelectrónica, en particular los chips de procesador, ya se encuentran entre las áreas clave identificadas para la inversión en el mecanismo de recuperación y resiliencia. El 20% de los planes europeos de recuperación y resiliencia deberían destinarse a la transición digital; esto es hasta 145.000M € durante los próximos 2 a 3 años. Esta oportunidad de invertir en investigación no se debe perder la capacidad de diseño y producción para procesadores en Europa ”.
Conclusión
Para que esto sea posible, se han lanzado a realizar una inversión de 145.000 millones de euros. Eso supondría aproximadamente un 20% de los fondos europeos de recuperación y resiliencia destinados a la transición digital. Una cifra bastante destacable, más teniendo en cuenta que China hizo algo similar en 2018, siendo la cifra invertida de unos 47.000 millones de dólares para impulsar su industria de chips y reducir su brecha con EE.UU.
Este impulso no solo estará orientado a beneficiar los futuros productos del proyecto EPI, también se verán beneficiados otros muchos productos de microelectrónica en general: sensores avanzados, IA, RF, electrónica de potencia, microcontroladores y procesadores, semiconductores de bajo consumo, automoción, aeroespacial,…
A principios de junio, Bosch anunció una nueva fábrica de semiconductores en Dresde (Alemania), adelantándose 6 meses a su inauguración. Se trata de un ambicioso proyecto del IPCEI que tendrá como objetivo aliviar un poco la escasez de semiconductores que no tendría fin hasta 2022 según las estimaciones. En este caso orientada a la industria del automóvil, a la que Bosch vende bastantes chips. Para esta planta, la compañía ha invertido más de 2500 millones de euros, con lo que pretenden plantar cara al dominio asiático.
Por cierto, el dinero, a 2-3 años vista, no solo se limitará a los planes nacionales de recuperación y resiliencia, también se permitirá buscar inversiones del sector privado. Además, en la declaración se deja la puerta abierta a que los países puedan llegar a acuerdos con empresas privadas (véase IPCEI o Important Project of Common European Interest). De esta forma, cada Estado podría implicarse en iniciativas privadas innovadoras que no cuenten con financiación suficiente para materializarse debido a los importantes riesgos que conllevan tales proyectos.
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