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RHEL8: review de la distro para la empresa moderna

Red Hat está en una etapa de transición. Tras la adquisición de la compañía por parte de IBM muchas cosas van a cambiar para ambas empresas, aunque otras, para tranquilidad de los usuarios se quedarán igual. La fusión permitirá a IBM ser mucho más competitiva en el sector de la nube, con la tecnología Red Hat de su lado y Red Hat Enterprise Linux en su poder. Parece que la marca Red Hat va a permanecer, y que los proyectos Fedora y CentOS quedarán intactos…

Bien, como sabes, han lanzado RHEL8, su última versión por el momento y la última antes de formar parte de IBM. El nuevo sistema operativo basado en Fedora 28, y del que derivará CentOS 8, tiene muchas novedades y un gran trabajo de desarrollo detrás. Desde Red Hat me han regalado una suscripción para probar RHEL8 y no he querido desaprovecharla y lanzar esta review con mi opinión personal.

Si me permites una broma, el logo de RHEL8 se parece bastante al del Ayuntamiento de Sevilla… XD

La ISO de RHEL8:

Web Red Hat zona de descargas

La imagen ISO de RHEL8 la puedes descargar en su versión de prueba o por suscripción, si ya cuentas con un registro y una suscripción activa, desde la web oficial de de RedHat. En el caso de estar registrado y tener suscripción, basta con dirigirse a la zona de clientes, y luego en Descargas podrás seleccionar el producto, versión y arquitectura para la que deseas descargar. También tendrás soporte, información, paquetes para descargar, etc.

Por cierto, la ISO está disponible para varias arquitecturas. Además de AMD64 (EM64T), también la puedes descargar para ARM, IBM POWER e IBM Z. Por otro lado, también tienes diferentes ediciones (servidores, SAP,…). En mi caso, he descargado la x86-64 que tiene un peso aproximado de unos 6.6 GB. Aunque también tienes imágenes Guest para virtualización sobre KVM, una imagen reducida de unos 500 MB (Boot) y un suplemento.

Instalación y primer inicio:

La instalación es muy sencilla y rápida. Al principio aparece una pantalla de selección basada en texto para elegir lo que quieres hacer, instalar RHEL8 o probar el medio. Si seleccionas la primera, se cargará el sistema de instalación gráfico. La interfaz gráfica es igual a la que puedes encontrar en CentOS, por tanto, si está familiarizado con esta distro, no tendrás problemas. Supongo que Fedora será también igual, aunque llevo años que no pruebo esa distro…

Si estás usando VirtualBox y desaparece el cursor al llegar al menú de instalación del guest, no te preocupes. De hecho, en ocasiones puede que incluso pulsando Ctrl (derecho) no aparezca el cursor ni siquiera en tu sistema host. Es un error común. Puedes resolverlo si vas a tu máquina virtual, Configuración, Sistema, Placa base y seleccionas USB en vez de PS/2 Mouse. He observado que otros usuarios también lo han resuelto deshabilitando la integración del ratón…

El menú gráfico comienza con la configuración de los locales, es decir, tu país de origen para determinar la zona horaria, tu idioma y el mapa de teclado para establecerlo para tu lenguaje. Luego, en la siguiente pantalla aparecen varios iconos, si pinchas en ellos se abrirán nuevas ventanas de configuración básica o avanzada. En ellas puedes configurar los paquetes que quieres instalar, por si no quieres incluir entorno de escritorio para un servidor, o si prefieres descartar algunos paquetes, etc.

También, en la zona de configuración de cuentas de usuario, se te permite configurar el nombre de usuario, contraseña, si quieres cifrar las particiones, si deseas o no que se pida la contraseña al inicio de sesión, etc. Otro recurso importante es los menús de configuración para el medio en el que se va a instalar, es decir, para elegir dónde se alojará la nueva instalación, si deseas que esté junto a otro sistema operativo (multiboot), crear nuevas particiones mediante el particionador, etc.

En el caso de ser una máquina virtual, como en mi caso, o una instalación desde cero sin más sistemas operativos, puede que te interese dejar por defecto las particiones que vienen o generar alguna particular que necesites. Puedes hacerlo todo desde el particionador gráfico de forma fácil. Incluso puedes generar volúmenes lógicos, configuración RAID, etc. Piensa que quizás en tu PC no te interese, pero sí en algunas máquinas y servidores.

Cuando esté toda la configuración conforme a tu gusto (y no tengas iconos amarillos de advertencia en ningún campo), podrás iniciar la instalación como tal. El proceso dura unos minutos, así que puedes despegarte un momento de la pantalla si quieres. Pero no tarda demasiado, especialmente si no has seleccionado demasiados paquetes que instalar. Con un poco de suerte, cuando vueltas podrás ver la pantalla de inicio de sesión tras reiniciarse…

Yo he dejado la selección de software por defecto, con bastantes paquetes y entorno de escritorio, y el espacio ocupado en el disco duro ha sido de unos 4GB, nada demasiado enorme. Eso sí, seguramente eches de menos bastantes programas. Por ejemplo, LibreOffice, GParted, VirtualBox, Docker, Thunderbird, etc., es decir, software que uses de forma frecuente. Pero eso lo puedes instalar cuando lo necesites…

Entorno de escritorio:

Si has seleccionado la instalación del entorno gráfico, en caso de necesitarlo, lo primero que verás al iniciar la primera vez será un minimalista entorno de escritorio GNOME. Personalmente yo comencé mis andaduras en Linux con SUSE y KDE, y le tengo especial cariño a esa distro y ese entorno. Pero los cambios radicales que han venido sufriendo tanto GNOME y KDE (Plasma) me han disgustado bastante. He estado bastante tiempo con Ubuntu y Unity, que me han agradado.

Luego he estado experimentando con algunas modificaciones como Panther en elementaryOS, Budgie, etc. En cuanto a MATE, Cinnamon y los ligeros (LXDE, Xfce, etc.), nunca me han gustado, entre otras cosas porque he tenido la fortuna de no necesitarlos por culpa de mi hardware. Tras esto, he vuelto a KDE Plasma en una de mis distros openSUSE y a mi Ubuntu con GNOME+Unity. Así que si eres como yo y no te gusta GNOME «pelado», RHEL8 no te va a agradar en ese sentido. Aunque ¿quién te impide cambiarlo? Tampoco es un problema mayúsculo.

GNOME 3.28 simplemente ofrece un escritorio limpio, con la barra en la parte superior donde puedes encontrar las apps en su buscador/lanzador de apps. También puedes tener acceso directo a las notificaciones, configuración y estado de red, estado de la batería, sonido, y si despliegas el menú, también ver la hora, apagar o reiniciar la máquina, etc. Es decir, lo típico que puedes esperar de un entorno moderno, pero que no sé por qué no me llena…

Ahora bien, también tengo que reconocer, que tanto la comunidad de desarrollo de GNOME como KDE han hecho un trabajo increíble llegando más allá de lo que es un simple entorno de escritorio. Me refiero a la cantidad de apps que puedes encontrar a tu disposición, extensiones que agregan funcionalidades para aportar mayor comodidad para tus tareas cotidianas, un panel de configuración sencillo y completo, gestor de archivos, y una gran tienda de aplicaciones en las que instalar/actualizar/desinstalar con un simple clic.

Por cierto, ya que hablo de GNOME, me gustaría decir que en este caso no se sostiene sobre el servidor gráfico Wayland. En RHEL8 se han atrevido, como en otras distros, a actualizar esa capa para aportar un servidor mucho más moderno, ligero y seguro. Igualmente, tiene mejoras multi-monitor, para escalar la UI y el control directo de ventanas.

 

 

Uso básico y administración:

Como he comentado antes, YAST2 de SUSE es una auténtica pasada en muchos aspectos. Por eso, cuando estoy fuera de SUSE, como en Ubuntu u otras distros, siempre echo de menos algunas cosas de ese gestor del sistema que simplifica bastante la vida en cuanto a administración y para otras tareas básicas. Es verdad que en RHEL8 puedes encontrar la aplicación de configuración de GNOME, con un completo menú de configuraciones posibles, pero no es tan potente y completo como YAST2.

También es cierto que en RHEL8 puedes encontrar otras herramientas basadas en texto para la gestión y administración, pero sigo pensando que algunas cosas son tediosas desde el terminal (¡ojo! y viceversa, algunas otras son terriblemente complicadas desde la interfaz gráfica y mucho más simples desde CLI). Además, tengo que reconocer, que los nuevos cambios de RHEL8 también están muy orientados a facilitarle la vida al sysadmin.

En el último apartado tengo una buena noticia si no te gusta usar la consola para administrar, aunque siendo sysadmin… si no te llevas bien con la consola estás perdido.

Tengo también que decir que, desde que llevo probando RHEL8 no he tenido problema alguno, ni se ha quedado bloqueado, ni he visto mensaje de error, y ningún mal comportamiento. Por tanto, la distro parece sólida y estable como una roca, como era de esperar teniendo en cuenta el sector para el que ha sido desarrollada… Y también es muy segura, aunque aquí tengo otra opinión personal sobre SELinux, que tampoco es de mi agrado.

Lo encuentro bastante complicado de administrar y cuando me ha tocado lidiar con CentOS no me ha gustado todo lo relacionado con la administración relacionada con esta extensión de seguridad del kernel. Prefiero AppArmor. Pero igual que dije con GNOME, tampoco es problema, puesto que puedes descargar un kernel, configurarlo a tu gusto, compilarlo e instalarlo. Es cierto que te sales de lo «oficial», pero… ¡Cero dramas!

Nunca uses AppArmor junto con SELinux, pueden generar conflictos entre ambos y además es absurdo duplicar este tipo de sistemas…

Paquetes y kernel:

Como se espera de toda nueva versión de un sistema operativo, todos los paquetes de software han sido actualizados a una versión más reciente. Eso garantiza que dispongas desde el primer momento de todas las últimas funcionalidades del software presente, los parches de vulnerabilidades, y un kernel bastante actual. En el caso de RHEL8 han optado por la versión Linux 4.18 como puedes ver en las imágenes que he capturado.

Ya sabes que las herramientas de gestión de paquetes RPM basadas en texto, para los que nos gusta instalar desde el terminal, son en este caso DNF/yum, ambas actualizadas. Ahora puedes trabajar con dos repositorios: BaseOS y AppStream. El primer repo es el básico, mientras que el segundo es una interesante solución de Red Hat para evitar algunos problemas previos y atraer a desarrolladores. Se basa en streams o flujos de versiones de paquetes (con el programa y sus dependencias) como su propio nombre indica.

RPM está en la versión 4.14.2, YUM en 4.0.4.

Con RHSCL había un gran problema,  es que cuando querías instalar las últimas versiones más recietnes de desarrollo de algún paquete, se evitaba alterar la base del sistema. Pero los paquetes se instalaban en ubicaciones no estándar, había nombres de paquetes raros, y cada colección se tenía que habilitar para cada proceso del que hiciera uso. Resumiendo, un auténtico horror para los sysadmins.

Ahora con AppStream esto no será así. Tendrás ese flujo de aplicaciones para desarrolladores (frameworks, lenguajes de programación, etc.) del que se compone un módulo compuesto por paquetes y dependencias, incluyendo todas las versiones soportadas y sin el riesgo que supone bloquear paquetes para prevenir su actualización y la pérdida de compatibilidad.

Si te preguntas por las versiones de paquetes, aquí te incluyo una pequeña lista de algunos de los más importantes para desarrolladores y administradores:

  • Python 3.6
  • MariaDB 10.3
  • MySQL 8.0
  • PostgreSQL 10
  • Redis 4.0
  • Apahe 2.4
  • ngnix 1.14
  • OpenLDAP 369
  • Varnissh Cache 6.0
  • Git 2.17
  • Maven 3.5
  • Perl 5.26
  • PHP 7.2
  • Ruby 2.5
  • Node.js 10
  • Rust Toolset 1.26
  • Scala 2.10
  • Go Toolset 1.10
  • GCC 8.1
  • Java 11
  • Pacemaker 2.0.0
  • glibc 2.28

Tecnología punta y open-source:

Que grandes proveedores de servicios cloud hayan elegido RHEL8 para potenciar su nube no es casualidad. La distro es compatible con las tecnologías emergentes, como el aprendizaje automático, virtualización, IoT, edge computing, big data, IA, aceleración por GPU, gran cantidad de tools para manejar contenedores (véase Podman, Kubernetes,…), etc. Así mismo, resulta un sistema todoterreno, para cualquier nube y cualquier carga de trabajo.

Destacar también que se ha incluido UBI (Universal Base Image), un nuevo sistema que permite que los contenedores basados en RHEL sean ejecutados en cualquier plataforma que cumpla con el estándar OCI. Así, los desarrolladores y administradores de sistemas tendrán un marco para facilitar la distribución y ejecución de contenedores a través de distintos entornos.

Otra cosa que te gustará es DevOps de Ansible, Módulos Ansible pre-configurados para habilitar flujos de trabajo automatizados para tareas que suelen ser comunes y complejas para administradores de sistemas. Y como comentaba antes en una nota, es posible que te agrade la idea de tener Web Console, una interfaz basada en web bastante intuitiva y consistente para la gestión y monitorización del sistema.

Si deseas actualizar tu empresa, potenciarla y hacer una transformación tecnología, RHEL8 es un buen sistema para ello…

Isaac

Apasionado de la computación y la tecnología en general. Siempre intentando desaprender para apreHender.

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